El láser que se utiliza para la eliminación de Tatoo es el ND:YAG (Neodimio Yag) con tecnología Q-Switched, es el más innovador, rápido, efectivo y potente del mercado lo que nos permite garantizar los mejores resultados en la eliminación de tatuajes, hiperpigmentaciones, manchas y maquillaje permanente de forma segura y eficaz.
En la mayoría de los casos, para eliminar un tatuaje son necesarias entre 4 y 10 sesiones, dependiendo de varios factores como los colores utilizados, la antigüedad, profundidad, cantidad y tipo de tintas utilizadas, color de piel y localización corporal, entre otros.
Algunos de los factores que influyen en el número de sesiones necesarias para la eliminación de tatuajes:

Los pigmentos de color negro y azul oscuro son los que mejor responden al láser, y por ello los que menos sesiones necesitan para su eliminación. Por ejemplo el caso de los tatuajes tribales.
En los pigmentos de colores azul claro, verde, amarillo y tonos mixtos el pico de absorción de estos colores y su composición son variables y está condicionada fundamentalmente por la cantidad de óxido de titanio o de zinc, que son los pigmentos más difíciles de eliminar.
Y por último el pigmento de color rojo, uele necesitar algunas sesiones más que los negros, pero normalmente terminan eliminándose sin problemas.
Por lo general las zonas en las que la piel es más fina son las que precisan menor número de sesiones (cabeza, cuello, escote femenino, muñeca).
En cambio en zonas como piernas, brazos y espalda, la tinta del tatuaje se encuentra a mayor profundidad y la piel es más gruesa, por lo que requieren un mayor número de sesiones.
En las pieles claras será en las que mejor responda el láser y en las que se noten los resultados más rápidamente, en cambio en las pieles más oscuras serán precisas más sesiones para quitar tatuajes.
El tratamiento se realiza con el láser Q-Switch que combina las longitudes de onda de 1064nm y 532nm , lo que permite eliminar la gran mayoría de pigmentos.
Se ajustan los parámetros del láser y se comienza a disparar sobre el tatuaje. El láser actúa fragmentando las partículas de pigmento en partículas de tamaño mucho más pequeño que permiten que nuestro organismo las reabsorba y las elimine posteriormente a través del drenaje linfático.
Una vez finalizada la sesión, que en general es rápida, se aplica pomada antibiótica y se cubre la zona tratada con una cura oclusiva. Las curas deben realizarse a diario hasta que la piel se recupera de la sesión.
En el transcurso de 4 a 6 semanas nuestro metabolismo irá eliminando las micropartículas de pigmento. Es recomendable que no pasen más de 8 semanas entre sesión y sesión ya que hay estudios que demuestran que el proceso de eliminación de tatuajes se ralentiza.
Inmediatamente después del tratamiento se producirá enrojecimiento e hinchazón de la zona tratada, es lo normal, ya que al fin y al cabo hemos aplicado un laser. También puede tener una sensación de escozor o quemadura después del tratamiento.
Durante este proceso de curación es normal que se caiga la piel superficial e incluso salga alguna capa de costra, ten cuidado al lavarlo y no te rasques ni arranques la piel que se cae durante el cicatrizado.
Es muy importante evitar el sol, agua de mar, piscina y sauna durante las dos semanas de curación.
Pasados los 15 días de cicatrización recuerda mantener la piel hidratada.
Una vez cicatrizada la zona es preciso utilizar protectores solares de pantalla total siempre que vayas a exponerlo al sol para asegurar que mantenga su color.
Si apareciera excesiva hinchazón, coloración roja o notases la piel demasiado caliente consúltanos para prevenir cualquier posible infección.